Se perdona al legendario tenor español por tratar de quedarse tanto como fuera posible en el sueño tras una noche en la que escaló paredes, corrió como en su mejor momento y proyectó su voz por todo el teatro.

Se veía fresco, a poco más de un año de haber tenido una cirugía por cáncer de colon, y parece infatigable a pesar del extenuante ritmo de sus presentaciones consecutivas. Tras su brillante papel como Orestes en "Ifigenia en Táuride" de Gluck el miércoles por la noche, dirigió menos de 24 horas después una presentación de "Don Pasquale" de Donizetti.

El viernes estuvo frente a la orquesta otra vez y concluyó su periodo de 15 años como director general de la Opera Nacional de Washinton el sábado, interpretando a Orestes de nuevo.

"Canto porque puedo hacerlo", dijo en una entrevista reciente con el diario The Washington Post. "Pero por qué puedo seguir cantando no lo sé, es un gran misterio para mí".

En un papel que no le demanda mucho con notas altas, Domingo controló la atención del público el miércoles desde el momento en el que llegó al escenario, incluso aunque tuvo que esforzarse en algunos de los primeros pasajes.

Su voz se abrió durante la presentación, produciendo un tenor un poco más profundo que resonaba en los momentos adecuados. Al final fue ovacionado mientras descendía el telón.

Escrita en 1779, "Ifigenia" representa el intento del viejo Gluck por crear un barroco menos cargado, sin ringorrangos y hadas, concentrado en la acción dramática.

Es el tipo de ópera con con la cual brilla Domingo por sus habilidades histriónicas, interpretando un personaje que debe alternar entre el sufrimiento existencial y la desilusión sobre sí mismo para alcanzar la salvación.

En una escena Domingo medita de forma conmovedora sobre la justicia de los dioses y poco después está furioso condenándolos por crueles.

Para Washington, será imposible reemplazar a Domingo, cuyo legado es imponente: más de 3.500 presentaciones en el mundo; 134 papeles (y contando); además de múltiples premios Grammy. Este mes subrayó su poder estelar al llenar el teatro con la relativamente poco conocida "Ifigenia" y con multitudes que superaron las expectativas de un "Don Pasquale" un poco amanerado.

La compañía está haciendo lo mejor posible para avanzar sin él, por ahora contrató a la directora Francesca Zambello para mantener la calidad como su nueva asesora artística y ella espera montar el ciclo completo del "Anillo" de Wagner, que ya se había contemplado para Washington pero que se cambió a San Francisco por problemas financieros.

La ópera de la capital también tiene un nuevo director musical, Philippe Auguin, y realizó una fusión con el Centro Kennedy para tener una mayor estabilidad financiera. Según datos fiscales del 2009 la ópera tiene un adeudo de 11,6 millones de dólares.

AP
Foto: Scott Suchman