La Orquesta Filarmónica de Buenos Aires ha sido distinguida con el Premio a la Mejor orquesta sinfónica local de 2008, otorgado por la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina, y obtuvo dos Premios Konex de Platino como la mejor orquesta argentina de las últimas dos décadas, en 1999 y en 2009.
 
Alexis Soriano es uno de los directores españoles más destacados de su generación. Alumno de Ilya Musin en el Conservatorio de San Petersburgo, fue principal director asociado de la Orquesta del Hermitage de San Petersburgo (1998-2008) y director titular de la Sinfónica Estatal de Lviv, Ucrania (2010-2012). Dirigió las principales orquestas de España y otras eminentes de Rusia, China, Eslovaquia, República Checa, Hungría, Alemania, Finlandia, Inglaterra, Brasil, Lituania, Ucrania, Polonia e Italia. Desde 2012 es director artístico de la New York Opera Society.
 
Pascal Rogé ilustra el más puro pianismo francés. Como último estudiante bajo la guía de Nadia Boulanger, sus interpretaciones de Poulenc, Satie, Fauré, Saint-Saëns, y en particular Ravel, se caracterizan por su elegancia, belleza y delicado fraseo. Actuó en casi todas las prestigiosas salas de concierto del mundo en recitales o junto a las más célebres orquestas y directores. Es artista exclusivo del sello Decca desde los 17 años y ha obtenido numerosos premios discográficos, incluyendo dos Grammophone, un Grand Prix du Disque y un Edison.
 
En la humorada musical El gaucho con botas nuevas, Gilardo Gilardi presenta una selección de ritmos y formas tradicionales de nuestro folclore, especialmente en tres danzas -Gato, Milonga y Malambo-, a cuyas características agrega aspectos de interesante modernismo a través de disposiciones armónicas y renovada concepción orquestal. La primera audición local fue en el Teatro Colón en mayo de 1938 bajo la batuta de José Iturbí, quien la había estrenado unos meses antes en Estados Unidos.
 
En 1782, Mozart compuso para sus presentaciones los conciertos 11, 12 y 13, y el Rondo en La mayor. Se pensó que el rondo no había sido concluido, pero en 1980 se encontraron las hojas faltantes en la Biblioteca Británica. Como comparte la misma tonalidad, se consideró que era un final alternativo para el Concierto Nº 12. Esto fue desestimado: los violonchelos tienen una voz independiente de los contrabajos, lo que no ocurre en el concierto, y Mozart tituló y fechó la primera página, lo que sugiere una pieza individual.
 
Francis Poulenc escribió el Concierto para piano (1949) por encargo de la Orquesta Sinfónica de Boston. Es una obra ecléctica que se mantiene un poco al margen de las características del estilo neoclásico al que perteneció el compositor. Los tradicionales tres movimientos se desarrollan en un ambiente desdramatizado, ligero y amable. Fue estrenado en 1950 con Poulenc al piano y la dirección de Charles Munch.
 
La introspección proporcionó a Schumann los fundamentos para crear. Su visión poética buscó la naturaleza simbólica de las cosas, de ahí el gran espacio reservado en su obra para la fantasía, lo misterioso, lo mágico e infantil. Luego de escribir numerosas piezas pianísticas y Lieder, abordó las grandes formas para reunir su impulso romántico con la tradición clásica. La fuente de inspiración para la Sinfonía Nº 1 (1841) fue un poema de Böttger sobre la primavera, cuyo verso “En el valle florece la primavera” aparece rítmicamente citado al inicio de la partitura.