Antoni Wit es uno de los directores polacos más prestigiosos y un gran defensor de la música de su país. Director general y artístico de la Filarmónica Nacional de Varsovia, desde 2002, anteriormente fue director de la Filarmónica de Pomerania, la Orquesta de la Radiotelevisión Polaca en Cracovia, la Filarmónica de Gran Canaria y la Sinfónica Nacional de la Radio Polaca. En 1971 ganó el segundo premio en el Concurso Internacional de Dirección Herbert von Karajan de Berlín, que le abrió paso a una gran carrera internacional. Grabó más de 150 discos para los principales sellos discográficos.

Franz Liszt proponía como solución para la fusión de ideas literarias y musicales, la música programática. Esta cristalizaría, entre otras formas, en el poema sinfónico, que desarrolla sin palabras y sin forma definida algún tema de inspiración extra musical. Mazeppa (1851), el sexto de sus trece poemas sinfónicos, está elaborado a partir del poema homónimo de Victor Hugo, inspirado en el cosaco Ivan Mazepa. Liszt se centra en su condena -amarrado a un caballo salvaje, por una intriga amorosa en su Polonia natal- , su persecución por la estepa hasta Ucrania y su liberación por los campesinos, que lo convierten en su líder.

Muy celebrado como compositor, Camille Saint-Saëns también fue uno de los pianistas más admirados de su tiempo. En un período de cuatro décadas compuso cinco conciertos para piano, para interpretarlos él mismo. Escribió el Concierto Nº 5, conocido como “Egipcio”, en Luxor y lo estrenó en 1896, en el 50º aniversario de su debut como pianista y con motivo de su sexagésimo cumpleaños. Hombre de intereses y talentos sin límites y viajero entusiasta, Saint-Saëns parece reflejar en el exótico segundo movimiento, con sus variadas influencias de música española, indonesia y egipcia, su fascinación por viajar.

Nacido en París, Pascal Rogé ilustra el más puro pianismo francés; en particular sus interpretaciones de Poulenc, Satie, Fauré, Saint-Saëns o Ravel se caracterizan por su elegancia, belleza y delicado fraseo. Alumno de Marguerite Long y Julius Katchen, es artista exclusivo del sello Decca desde los 17 años y ha obtenido numerosos premios discográficos, incluyendo dos Grammophone, un Grand Prix du Disque y un Edison. Ha actuado en casi todas las principales salas de concierto del mundo y junto a las más célebres orquestas.

En el primer cuarto del siglo XX la música impresionista se puso enormemente en boga. El hecho que podía combinarse con elementos nacionalistas lo demostró el compositor Karol Szymanowski, el más importante que dio la música polaca a la etapa de transición entre el romanticismo tardío y el modernismo. Compuesta en 1909-1910, su Sinfonía Nº 2 se estrenó en 1911. La orquestó nuevamente con la ayuda del director Grzegorz Fitelberg en 1936. De grandes dimensiones, está estructurada en dos movimientos muy trabajados. El segundo comprende un tema con nueve variaciones y una fuga final.