Él supo elevar este arte por sobre el incipiente nivel existente en la época, propio de un medio en el que estaba “todo por hacer”.

Nacido en Mallabia, corazón del país vasco, en 1887 y llegado tempranamente a Argentina; mostró desdé muy niño su inclinación  y  talento por la música y particularmente por el violín. En épocas doradas del género clásico y siendo casi un adolescente (19 años) llegó a ser primer violinista del Teatro Colón de Buenos Aires cuerpo que integró hasta el año 1920 y le cupo el honor de tocar en esa condición bajo la batuta del gran Arturo Toscanini, lo que fue un verdadero privilegio demostrativo de sus virtudes superlativas.

Inauguró como concertista y primer violín Radio El Mundo bajo la dirección del maestro Juan José Castro y posteriormente dirigió un gran conjunto orquestal en la academia capitalina de Bellas Artes.

Fue miembro de la orquesta estable de la radio mencionada y participó como ejecutante y/o director de innumerables agrupaciones musicales.

Se lo consideraba durante muchos años el mejor violinista, de Sudamérica y reunía todos los atributos que caracterizan al genio en ciernes. Allende los mares se sabía de su arte, exquisito y las muestras de condolencias recibidas a su muerte -la de Scala de Milán, entre otras- dan prueba de ello.

Allá por el año 1912, casi por casualidad llega a Mar del Plata dirigiendo la orquesta de una Compañía de Ópera en ocasión de la inauguración del Teatro Odeón y conoce a la que luego fuera su esposa y compañera durante toda su vida. Este amor lo ata a la ciudad y en algún sentido lo condena a postergar indefinidamente su promisoria carrera como intérprete. Rechaza una beca para radicarse en Europa y simultáneamente se aleja de centro cultural del país atrapado en la pequeña aldea, donde desde 1889 estaba afincada la familia de su amada.

Pero Mar del Plata ganó un misionero, el misionero de la cultura  musical marplatense.

La experiencia de 1912 con la Ópera fue un fracaso que él debió costear. No tuvo suerte. Por entonces un festival de tarantella hubiera tenido más aceptación.

En 1923 se constituye a su iniciativa y bajo su dirección un célebre cuarteto de Cuerdas denominado “Cuarteto Mar del Plata” conjuntamente con Mario Pontino (cello), Vieri Fidanzini (violín) y Félix Monjeau (viola).

Inaugura y dirige la sucursal del Conservatorio Buenos Aires y en dicha escuela se forman y egresan músicos de renombre (Pedro Arseni, Astor Piazolla, etc.). Toma a su cargo la Banda Municipal y la dirige por más de 14 años hasta su muerte. El 14 de abril de 1944 jerarquiza y perfecciona al conjunto individual y colectivamente y lo integra en forma activa a la vida cultural de la ciudad. Da vida a la Orquesta sinfónica municipal y la dirige. Crea el trío de cámara General Pueyrredón. Despliega una actividad incesante dedicada a perfeccionarse, a perfeccionar a otros y  a entregar su música a los marplatenses.

Se muestra como un compositor inspirado y de su genio salen obras como la "Suite cuyana” (Cueca, Danza, Tonada y Gato) o el tango "Súplica" y finalmente lo que fuera su legado a la ciudad que tanto amó: la "Canción a Mar del Plata" que compusiera en 1943 y que se interpretara por primera vez en la rotonda central de la Rambla Bristol con la intervención del coro del Centro Vasco “Lagun Onak” y el acompañamiento de la Banda Municipal, siendo habitual que dicha pieza se interpretara durante los actos oficiales de inauguración de temporada.

EI 14 de abril de 1944 ocurre su prematura muerte y la ciudad lo llora. Un mes después se constituye una comisión de homenaje (Victorio R. Fagnani, Alfredo Fagnani, César Valinotti, Pedro Rodríguez, Angel Scarfone, Juan A. Fava, Francisco R. Casalet, Ezequiel Callejas, Félix Monjeau, etc.) que organiza y realiza un funeral cívico en su memoria que constituyó una elocuente demostración de veneración y cariño hacia el maestro desaparecido.

El 23 de noviembre de 1955, por decreto Nº 581 las autoridades municipales del Partido de General Pueyrredon declaran "canción oficial" a la Canción a Mar del Plata de Serapio Urquía.

Una de las calles de Mar del Plata lleva el nombre de Serapio Urquía en la zona del Parque Camet.

Jorge Serapio de Urquía