Con seis años de edad comenzó estudiar el piano con Aube Tzerko, el cual lo motivó a un profundo estudio y análisis de las obras que iba a interpretar, y dicha metodología de trabajo se sigue manteniendo por este pianista hasta los días actuales.

Misha Dichter también estudió composición desde temprana edad con Leonard Stein. Éste había sido alumno de Arnold Schoemberg. Luego se traslada a la ciudad de Nueva York, a la Julliard, en donde se pone bajo las enseñanzas de Rosina Lhevinne. En 1966 vino su gran prueba, dado que se presenta en Moscú para el famoso concurso Tchaikovsky, en donde obtiene el segundo lugar detrás del local Gregory Sokolov. Inmediatamente después de este acontecimiento se presenta con la New York Philarmonic para ejecutar uno de los conciertos para piano y orquesta de Brahms, bajo la dirección de Leonard Bernstein. Según este pianista, dicho concierto constituyó para él una especie de prueba de fuego. ¿La razón? Ello se debió a que luego de finalizada la actuación, Bernstein volteó su cabeza y lo miró fijamente sonriendo, y según Dichter “una sonrisa de Bernstein constituye un gran reconocimiento”. De inmediato se presentó en el Taglewood para tocar bajo la dirección del alemán Eric Leinsdorf y con la orquesta sinfónica de Boston. Este concierto, en el cual ejecutó el Concierto para piano y orquesta Nº 1 de Tchaikowski, fue escuchado en cadena por todo los Estados Unidos y grabado para el sello RCA. En ese momento Misha Dichter tenía veinte años.

En 1972 forma un gran dúo de piano con su esposa, Cipa Dichter, la cual era de origen brasileña (Río de Janeiro, 1944). Este matrimonio desarrolló grandes giras tocando a dúo en América y Europa. Aparte de ello, Dichter ha estando dando clases magistrales tanto en conservatorios como también en distintas universidades: Julliard, Curtis, Eastman, Yale, Harvard como también en el Conservatorio de Ámsterdam, Holanda. También publicó numerosos artículos sobre música en el The New York Times, y dio muchos recitales de piano a través de la televisión. Habitualmente este pianista norteamericano da unos cien conciertos por año, incluido recitales de beneficencia.
 
Según un reportaje para la revista “Klavier” de 1997, la rutina de Dichter es sumamente intensa, como por ejemplo: el día lunes un concierto de Liszt en Chicago, el miércoles en N. York, música de cámara en Minneapolis el viernes y, para finalizar, un concierto de Beethoven en Aspen el día domingo. Dichter pone mucha importancia en la debida memorización de la obra a ejecutar, pues, según él, “es el único medio para entenderla”. Sin embargo, si por alguna razón ello no fuera posible, “no debiera existir razón alguna para no tener delante la partitura”  (como lo ha hecho el pianista ruso Sviatoslav Richter en los últimos años de su vida). Además, este estadounidense destaca lo relativo de los beneficios que se puede obtener en ganar concursos de piano. Al principio se reciben grandes elogios, premios, dinero, contrato para cien conciertos, luego cincuenta, después veinte, y finalmente….nada: la victoria en un concurso no define necesariamente el futuro del pianista. Después de su gran actuación en el concurso “Tchaikovsky” Dichter se trazó un excelente programa de trabajo para el futuro; el mismo consistió en dedicar cada verano en aprender dos conciertos para piano y orquesta, y uno para actuación individual. Este sistema de trabajo lo realizó durante casi veinte años, lo cual lo llevó a la siguiente conclusión: el pianista que es capaz de dar 25 a 30 conciertos para piano y orquesta en cualquier momento, no necesita probar mas nada.

El reconocimiento que tuvo este concertista por parte de la crítica ha sido excepcional. En ocasión de su actuación en el Carnegie Hall para el aniversario de su fundación, el “The New York Times” se expresó de la siguiente forma con respecto a él, “Mischa Dichter Returns to the Schnabel Tradition”. Cuando uno ejecuta a Beethoven y se lo compara con este gran intérprete austriaco, es porque se trata de una vara de medir muy exigente. Por su parte el “Democrat and Chronicle” se expresó de la siguiente forma con relación a su desempeño como pianista “Renowned pianist Misha Dichter is an iron man of classical music”

Misha Dichter evidenció sin lugar a dudas la gran influencia romántica proveniente de la orientación de R. Lhevinne, es decir, el espíritu romántico ruso del siglo XX. Ello se hace evidente al escuchar sus grabaciones de Beethoven, Brahms y Liszt. Además posee una orientación técnica muy sólida, con una excelente estructura interpretativa, un repertorio muy vasto, el cual abarca de manera prevalente el enorme repertorio romántico. Recientemente ha grabado con su esposa Cipa la edición integral de las obras de Mozart para cuatro manos  con el sello musical “Heritage Society”. Dichos registros constituyen un excelente ejemplo de la gran capacidad de este pianista, su excelente fraseo, sonido y de perfecto ensamble interpretativo junto a su esposa.

Jorge de Hegedüs
 
Video: Tres danzas andaluzas - Cipa y Mischa Dichter