"Efectivamente estamos dispuestos a llevarlo a cabo entre el 22 de marzo y el 16 de abril y estará dedicado a la juventud, explica Alberto Lysy, porque muchos de los que actuarán serán jóvenes, tanto destacados instrumentistas argentinos, como los que vendrán de Europa especialmente invitados. Por otra parte será para la juventud porque buscaremos una forma atractiva y nada solemne, con el objetivo de convocar a la mayor cantidad de gente interesada en acercarse a las más altas expresiones de la música de un modo llano.

-¿Los elegidos para actuar también serán perfeccionados en Europa?

-Me parece que lo más importante es que se perfeccionen aquí porque hay maestros de gran nivel. Nosotros les damos aliento para que tengan esperanza en avanzar en su carrera. Lógicamente que a los más dotados les podemos otorgar una beca para estudiar en la Academia Menuhin que dirijo en Suiza.

-¿Qué opina de los músicos orientales que se dedican a la música occidental?

-Son excelentes, sin duda. Pero existe todavía una mayoría de ellos que se perfeccionan en los centros de enseñanza europeos. Es decir en los países donde nacieron los grandes compositores y eso es natural que ocurra.

-¿Cómo es en la actualidad europea la concurrencia de público en los recitales?

-Mucho menor porque hay mayor atracción con los conciertos sinfónicos. Pero debo decir que me resulta un hecho positivo y más que evidente el resurgimiento e interés por la música de cámara. Hoy, muchos de mis alumnos y en general casi todos los instrumentistas forman parte de pequeños conjuntos muy exitosos.

-¿Cuál es la especialidad que más le gusta?

-La música de cámara siempre fue mi gran amor. Por supuesto que toqué como solista con orquesta y siempre adoro poder hacer las grandes obras de la literatura del violín. Pero la música de cámara es muy importante y trascendente, ya hace más de 27 años que estoy en la Academia Menuhin, que fundé junto con el gran maestro y donde se trabaja sobre todo las cuerdas y la música de cámara es absolutamente prioritaria.

-¿Abundan los músicos de cuerdas de alta calidad en las orquestas?

-En realidad, en Europa cada vez que se debe reemplazar a un violinista se presentan cientos de excelentes instrumentistas. Entonces se hace muy difícil ingresar y conseguir trabajo, porque existen muchos y además con la apertura de las puertas de los países orientales se produjo como una multiplicación de la cantidad de músicos que buscan trabajo. De todos modos se debería pensar que estamos hablando del nivel para orquestas, sin duda muy mejorado sensiblemente, pero que para subir más y pasar al nivel de la música de cámara o de concertista, hay que aplicar lo que dijo alguna vez Georges Bernard Shaw: "Inspiración y transpiración", porque es muy importante trabajar mucho y seriamente que no es precisamente lo que hacen nuestro chicos porque están corriendo de una orquesta juvenil a otra, algo que puede ser muy interesante y donde se divierten mucho. Sin embargo, lo que hace falta es estudiar en serio.

-¿Hay una forma idónea entre nosotros como para un estudio profundo?

-No existen en el país instituciones educativas de alto nivel comparables a las de Europa y los Estados Unidos que forman músicos desde muy temprano, desde la niñez y con gran rigor y disciplina. En este sentido está el ejemplo de la escuela rusa de violín que se adquiere desde los primeros años y forma talentos indudables, porque esas condiciones innatas son detectadas desde la más tierna edad. En China está aconteciendo igual. Ahora acabo de estar en Pekín y escuché niños fenomenales.

-¿Y tus compromisos inmediatos?

-Estaré en Bariloche después de varios años de ausencia para hacer un homenaje a Paul Hirsch uno de los que más ayudaron con el Camping Musical y que fue fundador de la Fundación Antorchas y el 4 de marzo un concierto en Mar del Plata, junto con un gran pianista argentino Nelson Goerner. En Salta ofreceré varias clases magistrales para estudiantes y asimismo para integrantes de su orquesta. Luego, es mi intención, recorrer diferentes ciudades del país, siempre con el violín y las ganas de enseñar, claro que todo eso alternado con mi actividad en Suiza.

Nota extraida del Diario La Nación.
Juan Carlos Montero