Sábado, 27 de Abril de 2024

Clásica y Ópera | Obras Maestras

Concierto Nº 3 para Piano y Orquesta de Sergei Rachmaninov

Concierto Nº 3 para Piano y Orquesta de Sergei Rachmaninov

El Tercer Concierto para Piano fue compuesto durante el verano de 1909. El compositor interpretó el estreno con la Orquesta Sinfónica de Nueva York, dirigida por Walter Damrosh, el 28 de noviembre de 1909. Rachmaninov compuso su Tercer Concierto en su finca de verano Ivanovka. Necesitaba un nuevo concierto para tocarlo en su próxima gira por Estados Unidos. Había decidido ir a Norteamérica con algunas dudas, ya que los norteamericanos no le agradaban en particular. Se quejaba de que ellos siempre y exclusivamente estaban pensando en negocios.








Sin embargo, fue por razones económicas por las que el compositor planeó su gira por Norteamérica: quería reunir dinero para comprarse un auto. Estaba fascinado por la novedad del automóvil y le encantaba conducir por el campo.

Rachmaninov estuvo demasiado ocupado escribiendo el concierto para poder aprender a tocarlo antes de partir hacia el Nuevo Mundo. Por lo tanto se llevó en el barco un teclado mudo, en el cual practicaba silenciosamente todos los días. Para cuando la nave llegó a Nueva York, sabía la parte solista.

Rachmaninov anotó los acontecimientos que rodearon las primeras presentaciones del concierto:
Mi Tercer Concierto fue escrito especialmente para Estados Unidos y debía tocarlo por primera vez en Nueva York bajo la dirección de Walter Damrosh... Inmediatamente después lo repetí en Nueva York, pero bajo la batuta de Gustav Mahler. En aquella época, Mahler era el único director a quien consideraba merecedor de ser puesto a la misma altura que Nikisch. Tocó directamente mi corazón de compositor consagrándose a mi concierto hasta que el acompañamiento, que es bastante complicado, estuviera ensayado hasta el punto de la perfección, aunque ya había pasado largo tiempo de ensayo. Según Mahler, cada detalle de la partitura era importante, una actitud que desafortunadamente es rara entre los directores.

El ensayo empezaba a las diez de la mañana. Podía unirme a ellos a las once y llegaba a tiempo. Pero no comenzábamos a trabajar hasta las doce, cuando apenas quedaba media hora, durante la cual yo hacía lo máximo que podía para tocar una composición que por lo general dura treinta y seis minutos. Tocábamos y tocábamos. Hacía rato que había pasado la media hora, pero Mahler no le prestaba la más mínima atención a este hecho... Cuarenta y cinco minutos más tarde, Mahler anunció: "Ahora repetiremos el primer movimiento." Mi corazón se congeló. Esperé una terrible bronca o al menos una acalorada protesta de parte de la orquesta. Esto ciertamente hubiera ocurrido en cualquier otra orquesta, pero aquí no noté ni una señal de disgusto. Los músicos tocaron el primer movimiento con una dedicación entusiasta o incluso aun más precisa que la vez anterior. Fui hasta el atril del director y juntos examinamos la partitura. Los músicos de los últimos asientos empezaron tranquilamente a guardar sus instrumentos y a desaparecer. Mahler explotó.

-¡Qué significa esto!

El primer violín: -Es más de la una y media, Maestro.

-¡Eso no hace ninguna diferencia! ¡Mientras yo esté aquí sentado ningún músico tiene derecho a levantarse!
Durante su gira por Norteamérica, Rachmaninov tocó su Segundo Concierto con la Orquesta Sinfónica de Cincinnati, dirigida por Leopold Stokowski. Durante una segunda gira por Norteamérica, realizada ocho años más tarde, se le ofreció el cargo de director de esa orquesta. Aunque necesitaba desesperadamente el dinero (sus recursos financieros habían sido confiscados durante la Revolución Rusa), declinó esta oferta, así como una que recibió de la Sinfónica de Boston para dirigir ciento diez conciertos en treinta semanas. Consideraba que no sabía lo suficiente del repertorio orquestal para convertirse en director regular de una orquesta de importancia.

Aunque finalmente fijó su residencia en Estados Unidos, las impresiones de Rachmaninov respecto de este país durante su primera gira no fueron demasiado favorables. Escribió a su casa:
Estoy hastiado de Norteamérica y ya he tenido suficiente de este país. Tan sólo imagínate: ¡presentar conciertos casi todos los días durante tres meses! He tocado exclusivamente mis propias composiciones. He tenido un gran éxito y se me han pedido bises hasta siete veces. Lo que constituye una gran cosa, teniendo en cuenta cómo es el público de aquí. Es un público notablemente frío, y está mal acostumbrado por las presentaciones que hacen los artistas visitantes de primera clase. Este público siempre busca algo extraordinario, algo diferente del último solista visitante. Sus periódicos siempre comentan cuántas veces el artista fue llamado a saludar y para el gran público ese es el criterio para medir el talento de uno, con su permiso.
El Tercer Concierto comienza con una melodía lírica en el piano solista, acompañado por la orquesta. Joseph Yasser, un organista musicólogo que era amigo del compositor, creía que esta melodía claramente rusa derivaba de un canto antiguo de la iglesia ortodoxa rusa, cantado en el Monasterio de la Cruz, cerca de Kiev. Yasser escribió un artículo intrincado en el que se dedicó a demostrar el origen litúrgico del tema de Rachmaninov. El compositor negó la influencia, pero Yasser fue tan lejos como para demostrar que Rachmaninov muy bien podía haber oído la melodía años antes, en Kiev y, por lo tanto, haberla recordado subconscientemente.

A medida que se desarrolla el primer movimiento, el piano llega a dominar cada vez más, culminando en una cadenza amplia. (Rachmaninov verdaderamente compuso dos cadenzas alternativas, una más larga y fuerte que la otra. Cuando actuaba como pianista usaba ambas en diferentes ocasiones.) La cadenza desarrolla el material melódico principal, de modo que el regreso que sigue a la apertura del concierto no necesita extenderse en sus temas durante mucho tiempo. Este regreso sirve menos como recapitulación elaborada que como epílogo, después de que el predominio creciente del instrumento solista ha agotado su curso.

Como para compensar el predominio del piano en el primer movimiento, Rachmaninov lo mantiene en reserva hasta bien entrado el segundo movimiento lírico. La sección media de este movimiento es un scherzo, cuyo movimiento es una hábil transformación del tema principal del primer movimiento.

El final rapsódico es un estudio sobre texturas del piano. El instrumento solista está tratado con maravillosa variedad. La profunda comprensión que tenía Rachmaninov de su instrumento dio como resultado el más pianístico de los movimientos.

Más Notas
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Breves

  • HECTOR BERLIOZ

    Fue un creador cuyo obstáculo fue la intransigencia de la mayoría de los músicos en casi todos los temas, desde su apoyo al uso del saxofón o a la nueva visión dramática de Wagner. Su vida fue excéntrica y apasionada. Ganó el Premio de Roma, el más importante de Francia en aquel momento, por una cantata hoy casi olvidada. Su obra musical es antecesora de estilos confirmados posteriormente.

  • El aprendiz de brujo de Paul Dukas se basa en una balada de Goethe. Es un scherzo sinfónico que describe fielmente cada frase del texto original.

  • La primera ópera de la que se conserva la partitura es Orfeo de Claudio Monteverdi. Se estrenó en Mantua en 1607, con motivo de la celebración de un cumpleaños, el de Francesco Gonzaga.

  • La obra que Stravinski compuso desde la época del Octeto de 1923 y hasta la ópera The Rakes Progress de 1951, suele considerarse neoclasicista.

  • En la Edad Media encontramos la viela de arco, de fondo plano y con dos a seis cuerdas, que se perfeccionó en la renacentista, hasta llegar a su transformación en el violín moderno a partir del siglo XVI, cuando se estableció una tradición de excelentes fabricantes (violeros) en la ciudad de Cremona.


Citas

  • DANIEL BARENBOIM

    "Un director no tiene contacto físico con la música que producen sus instrumentistas y a lo sumo puede corregir el fraseo o el ritmo de la partitura pero su gesto no existe si no encuentra una orquesta que sea receptora"

  • GEORGE GERSHWIN

    "Daría todo lo que tengo por un poco del genio que Schubert necesitó para componer su Ave María"

  • GUSTAV MAHLER

    "Cuando la obra resulta un éxito, cuando se ha solucionado un problema, olvidamos las dificultades y las perturbaciones y nos sentimos ricamente recompensados"

  • FRANZ SCHUBERT

    "Cuando uno se inspira en algo bueno, la música nace con fluidez, las melodías brotan; realmente esto es una gran satisfacción"

  • BEDRICH SMETANA

    "Con la ayuda y la gracia de Dios, seré un Mozart en la composición y un Liszt en la técnica"

MULTIMEDIA

  • Sinfonía Nº 1 "Primavera"

    Robert Schumann

  • Voces de primavera

    Johann Strauss

  • Hágase la Música en Radio Brisas

    Ciclo 2012 - Programa N° 29

  • Fantasía para un gentilhombre

    Joaquín Rodrigo

  • Modest Mussorgsky

    Biografía

  • Cuatro piezas sacras

    Stabat Mater

  • Georg F. Haendel

    Biografía

  • Hágase la Música en Radio Brisas

    Ciclo 2011 - Programa N° 8

Intérpretes

Músicos

Hugo Baralis

Hugo Baralis

Precoz, como muchos músicos de su generación, Hugo Baralis debutó, a los 18 años, como violinista en la reconocida orquesta de Minotto-Di Cicco. Cultor de un estilo elegante y decidor, comenzó a llamar la atención del mundo tanguero por su estilización del tango en el violín. Heredero de la escuela de Elvino Vardaro, pero con un personal sonido, logró imponer su refinamiento en grabaciones que lo sobreviven para el Octeto Buenos Aires de Astor Piazzolla.

Voces

Ángel Vargas

Ángel Vargas

Posiblemente, junto a Francisco Fiorentino, fue el modelo del "cantor de la orquesta". Tanto es así que hablar de Ángel Vargas nos remite indefectiblemente a Ángel D'Agostino, el director de la orquesta de sus grandes éxitos. Cantor de una personalidad impresionante, es el símbolo del fraseo porteño de los años cuarenta. Vargas canta como únicamente se cantó en el cuarenta. Su fraseo era reo y compadrito pero al mismo tiempo, de un infinito buen gusto. Tenía una dulzura que disimulaba su voz pequeña pero varonil, transmitía simpatía y era sobretodo, un cantor carismático. Fue sin duda uno de los más grandes artistas de nuestro tango.

Voces

Reynaldo Martín

Reynaldo Martín

Los años 60, fueron muy difíciles para el tango. El rock se había impuesto en la juventud y la política cultural y los medios de comunicación apoyaban más al folklore que a la música ciudadana. El tango estaba "en baja", no se vislumbraba ninguna figura en el horizonte y los tangueros se guarecían en los pocos refugios que había en Buenos Aires. En esas apareció un muchachito rubio, con pinta de galán televisivo, simpático y muy sencillo. Reynaldo Martín fue un remanso de aire puro que enseguida atrajo al público con su voz expresiva y fresca, con una muy buena dicción y, lo que es más importante, afinado.

Junín, 13/06/2016

Presentaron “Tango en Junín”

Los amantes del tango podrán disfrutar de diversas actividades durante cinco días en Junín. El intendente la Ciudad, Pablo Petrecca, presentó oficialmente “Tango en Junín”, un importante ciclo cultural que se desarrollará entre el 13 y el 17 de julio próximos e incluirá la realización de la preliminar del Festival y Mundial de Tango BA 2016.

Mar del Plata, 30/05/2016

Amelita Baltar en el Teatro Colón

El sábado 11 de Junio a las 21 hs se presentará en el Teatro Municipal Colón la gran cantante Amelita Baltar, acompañada por la Orquesta Municipal de Tango que dirige el Maestro Julio Davila y el pianista Aldo Saralegui como invitado especial. Luego de su presentación en Mar del Plata, la cantante estrenará un nuevo espectáculo: "Noches de Kabaret" en el Teatro Maipo de Buenos Aires.

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