Sábado, 20 de Abril de 2024

Clásica y Ópera | Obras Maestras

Concierto Nº 20 para Piano de Wolfgang A. Mozart

Concierto Nº 20 para Piano de Wolfgang A. Mozart

Nadie puede negar el gran aporte que ha hecho Mozart al arte pianístico mediante los 27 conciertos para piano y orquesta que compuso en su corta vida. Es cierto que los cuatro primeros - K. 37, 39, 40, 41 correspondientes al año 1767 - son transcripciones de diferentes movimientos de otros compositores que eran contemporáneos al niño Wolfgang. Recordemos que en esos momentos contaba apenas 11 años de edad. Pero a partir del quinto las cosas ya comenzaron a cambiar, y ello nos muestra el inicio de la verdadera estructura moderna de los conciertos, a los que se adaptaron al menos los compositores de la época romántica que siguieron a este genio de Salzburgo.








Mozart  proporcionó el verdadero equilibrio que debe existir entre el instrumento del piano y la orquesta, es decir, no es un solista “acompañado” por un conjunto de músicos. Para el genio de Salzburgo no debía existir un duelo, sino un diálogo entre el ejecutante y la estructura orquestal.

Reflexionando sobre este aspecto musical, se puede destacar su concierto Nº 20, que fue terminada el 10 de febrero de 1785, ejecutada por el propio autor en Viena ya al día siguiente de haber puesto la última nota en el pentagrama. Para el conjunto orquestal fue casi como una lectura a primera vista.

El Concierto Nº 20 Köchel 466, está compuesto en Re menor, y con esta característica se evidencia como una composición “triste”. Hasta podemos considerar a esta creación como la más dramática que Mozart haya compuso en esta rama musical. Inclusive, llamativamente está escrito en la misma tonalidad que su futuro “Réquiem” y la ópera “Don Giovanni”.

¿Qué fue lo que ocurrió cuando Mozart ejecutó este concierto? El Emperador de Austria expresó a viva voz “¡bravo Mozart!”. Pero el público en realidad salió de la sala con una manifiesta división. La misma se debió a que algunos de los asistentes tuvieron la idea de que una expresión musical con estas características  ― orquesta y solista ― debería de hacer “lucir” a este último, que debía de exhibirse en alguna medida lo que se entendía como “virtuosismo”, aunque sin desmerecer a la orquesta.

Como todos los conciertos de Mozart, el número de instrumentos no es grande, pero suficientes para expresar verdaderas maravillas: 1 flauta, 2 oboes, 2 fagotes, 2 trompas, 2 trompetas (todas en re), timbales (en re - la), violines,  violonchelo y contrabajo.

El concierto consta de tres movimientos, los cuales se ajustan en buena medida al enfoque clásico: 1) allegro, 2) romanza, 3) rondó assai.

Allegro

Desde el comienzo ya se pone de manifiesto el enfoque de todo el concierto. Entran todas las cuerdas con un ritmo relativamente lento, grave y en el tono menor. A los pocos segundos se añaden los instrumentos de viento, luego los timbales. A expensas del fagot y el oboe se desarrolla luego un segundo tema para dar la aparición del piano aproximadamente a los 2.30 minutos, tiempo que depende tanto de la orquesta como del ejecutante. Luego de la entrada del pianista se vuelve al tema inicial en un excelente equilibrio entre orquesta y solista. En este primer movimiento existe casi al final una cadencia, en donde cada uno de los pianistas puede hacer más que una exhibición de su virtuosismo, una excelente demostración de su musicalidad. La cadencia más conocida es la de Beethoven, y es a la que la mayoría de los pianistas se ajustan. Aparte de ello se sabe que el genio de Bonn le tenía gran cariños a esta composición, incluyéndola varias veces en sus conciertos cuando era joven. También Johannes Brahms, Johann Nepomuk Hummel y Ferrucio Busoni crearon sus respectivas cadencias, y en los días actuales algunos pianistas hacen las propias, caso del checo Ivan Clansky y el suizo Edwin Fischer ¿Y Mozart? ¿Escribió alguna cadencia? No, por la sencilla razón de lo que se mencionó con anterioridad; la ejecutó ante el público no bien la había terminado.

Romanza

El segundo movimiento, escrito en Sol menor, se desarrolla sobre un notable contraste, como si el mismo estuviera desdoblado. Por este motivo, Albert Einstein expresó con relación a este aspecto: “Mozart nunca incluyó contrastes tan fuertes dentro de una sola obra, contrastes entre los tres movimientos así como dentro de cada uno de los movimientos individualmente”. Si bien la mayoría de los musicólogos lo dividen en cinco sesiones, de todas formas se pueden esquematizar en solo dos. ¿Cómo se comprende esto? Se inicia el mismo con una de las melodías más hermosas que jamás hayan sido compuestas para lo que es un concierto para piano y orquesta. Su lirismo es impactante. En apariencia consiste en un trabajo relativamente sencillo para el solista. ¿La razón? En ciertos momentos hay “muy pocas notas”, especialmente para la mano derecha, con lo cual la exigencia técnica por parte del pianista prácticamente no existe. Pero aquí hay que tener mucho, pero mucho cuidado. Esto nos recuerda muy bien lo que expresó en cierta ocasión Arthur Schnabel con respecto a ciertas obras pianísticas de Mozart, “Algunos grandes pianistas rehuyen a Mozart por la calidad de sus notas”. Y esto es muy cierto. En ese sentido el conocido pianista brasileño José Carlos Cocarelli se expresó de manera bastante similar: “Es difícil interpretar a Mozart porque es simple, pero tiene trucos, su simplicidad es <complicada>”. Esto se hace evidente en la parte melódica de este segundo movimiento. Realmente es muy cierto la afirmación de este virtuoso brasileño; hay un truco o trampa que es importante evitar: apurar o precipitar la entrada de cada una de estas notas. (Este desafío aparece de forma bastante similar en famosas creaciones como “Träumerie”, “Der Dichter spricht” de las “Escenas infantiles” de Robert Schumann e inclusive la “sonata D. 894” de Schubert, para citar solamente algunos ejemplos). Hay algunos pianistas que desgraciadamente lo hacen, mientras que en el caso de otros, como Arthur Schnabel, Alfred Cortot, Alfred Brendel, Geza Anda, Mitzuko Uschida, Daniel Barenboim y solamente para mencionar algunos de los mejores intérpretes de este concierto, ubican de forma magistral estas notas tan “aisladas”, lo hacen en el lugar o momento preciso, justo, lo que realza la enorme belleza de dicha romanza.  Sin embargo, el reto para el solista está en cómo tener unida o “compactada” esta melodía teniendo las notas tan “separadas”. Estas son como perlas ubicadas sobre un hermoso “terciopelo”  ― la orquesta ―  en lugares verdaderamente estratégicos para el desarrollo melódico.
Pero luego de esta hermosa exposición melódica, Mozart ataca con gran brío, tanto en la parte orquestal como también con el solista. Este segundo movimiento finaliza con la melodía inicial, dándole un hermoso toque de conclusión.

Rondó allegro assai

El asunto de “rondó” es bastante llamativo. La razón de ello es que mientras el “allegro” y la “romanza” que corresponden al primero y segundo movimientos, sí fueron señalados por Mozart en su concepción original, no ocurrió lo mismo con el tercero. Esta forma musical, es decir, la calificación de “rondó” alguien la incluyó más adelante.
El tercer movimiento, “allegro assai”, es decir, “veloz”, “rápido” está de acuerdo a la forma en que entra el piano: lo hace con gran ímpetu, utilizando arpegios. Sobre el tono de Fa mayor la orquesta replica con todo su potencial. Luego se van alternando de manera maravillosa el solista con todo el conjunto, el diálogo es magistral. Finalmente se pasa a una coda final rematando este tercer movimiento de manera sorpresiva aunque triunfal. En su totalidad este concierto dura aproximadamente entre 32 y 33 minutos.
¿Quiénes han pasado a la grabación este maravilloso concierto? La mayoría de los grandes pianistas. La lista es interminable, enorme, y hasta se podría expresar, ¡qué pianista no ha ejecutado y/o grabado este concierto alguna vez! La belleza de esta composición constituye un verdadero atractivo para gran cantidad de ejecutantes, tanto para los conocidos como  también los que no lo son.

Jorge de Hegedüs
 
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Breves

  • HECTOR BERLIOZ

    Fue un creador cuyo obstáculo fue la intransigencia de la mayoría de los músicos en casi todos los temas, desde su apoyo al uso del saxofón o a la nueva visión dramática de Wagner. Su vida fue excéntrica y apasionada. Ganó el Premio de Roma, el más importante de Francia en aquel momento, por una cantata hoy casi olvidada. Su obra musical es antecesora de estilos confirmados posteriormente.

  • El aprendiz de brujo de Paul Dukas se basa en una balada de Goethe. Es un scherzo sinfónico que describe fielmente cada frase del texto original.

  • La primera ópera de la que se conserva la partitura es Orfeo de Claudio Monteverdi. Se estrenó en Mantua en 1607, con motivo de la celebración de un cumpleaños, el de Francesco Gonzaga.

  • La obra que Stravinski compuso desde la época del Octeto de 1923 y hasta la ópera The Rakes Progress de 1951, suele considerarse neoclasicista.

  • En la Edad Media encontramos la viela de arco, de fondo plano y con dos a seis cuerdas, que se perfeccionó en la renacentista, hasta llegar a su transformación en el violín moderno a partir del siglo XVI, cuando se estableció una tradición de excelentes fabricantes (violeros) en la ciudad de Cremona.


Citas

  • DANIEL BARENBOIM

    "Un director no tiene contacto físico con la música que producen sus instrumentistas y a lo sumo puede corregir el fraseo o el ritmo de la partitura pero su gesto no existe si no encuentra una orquesta que sea receptora"

  • GEORGE GERSHWIN

    "Daría todo lo que tengo por un poco del genio que Schubert necesitó para componer su Ave María"

  • GUSTAV MAHLER

    "Cuando la obra resulta un éxito, cuando se ha solucionado un problema, olvidamos las dificultades y las perturbaciones y nos sentimos ricamente recompensados"

  • FRANZ SCHUBERT

    "Cuando uno se inspira en algo bueno, la música nace con fluidez, las melodías brotan; realmente esto es una gran satisfacción"

  • BEDRICH SMETANA

    "Con la ayuda y la gracia de Dios, seré un Mozart en la composición y un Liszt en la técnica"

MULTIMEDIA

  • Hágase la Música en Radio Brisas

    Programa N° 9 - 31 de octubre de 2010

  • Hágase la Música en Radio Brisas

    Ciclo 2012 - Programa N° 32

  • Hágase la Música en Radio Brisas

    Ciclo 2012 - Programa N° 28

  • Vesti la giubba

    Mario Lanza (Canio)

  • Cortigiani vil razza dannata

    Leo Nucci (Rigoletto)

  • Hágase la Música en Radio Brisas

    Ciclo 2011 - Programa N° 17

  • Capricho Nº 24

    Niccoló Paganini

  • Un americano en Paris

    George Gershwin

Intérpretes

Músicos

Aníbal Troilo

Aníbal Troilo

En estilo diferente pero en proyección semejante a la de Carlos Gardel, ha sido la figura más representativa del tango en la integral estimación de sus valores artísticos y humanos. Su obra involucró a la vez una latitud enteramente original de arte cuyas distintas dimensiones le han distinguido en conjunto, entre los mayores talentos musicales surgidos en el río de la Plata. Se combinaron en su personalidad de director, acaso de la más armoniosa manera que conoce el tango, las dotes del caudillo, las aptitudes del concertador y la naturaleza del estilista genuino.

Voces

Reynaldo Martín

Reynaldo Martín

Los años 60, fueron muy difíciles para el tango. El rock se había impuesto en la juventud y la política cultural y los medios de comunicación apoyaban más al folklore que a la música ciudadana. El tango estaba "en baja", no se vislumbraba ninguna figura en el horizonte y los tangueros se guarecían en los pocos refugios que había en Buenos Aires. En esas apareció un muchachito rubio, con pinta de galán televisivo, simpático y muy sencillo. Reynaldo Martín fue un remanso de aire puro que enseguida atrajo al público con su voz expresiva y fresca, con una muy buena dicción y, lo que es más importante, afinado.

Voces

Roberto Rufino

Roberto Rufino

Escuchar a Roberto Rufino entonar "María" o "La novia ausente" o "Malena" o cualquiera de los tangos que había elegido para su repertorio, era advertir que ese tango iba desgranándose de a poco y que las palabras surgían por separado, sin dejar de integrar el todo que las reunía, con la fuerza propia que debían tener en su contexto. Rufino fue eso; un decidor, un fraseador, un intérprete que sabía perfectamente cual era el mensaje de lo que estaba cantando. En 1997 fue declarado "ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires", y en 1998, "ciudadano ilustre de la cultura nacional".

Junín, 13/06/2016

Presentaron “Tango en Junín”

Los amantes del tango podrán disfrutar de diversas actividades durante cinco días en Junín. El intendente la Ciudad, Pablo Petrecca, presentó oficialmente “Tango en Junín”, un importante ciclo cultural que se desarrollará entre el 13 y el 17 de julio próximos e incluirá la realización de la preliminar del Festival y Mundial de Tango BA 2016.

Mar del Plata, 30/05/2016

Amelita Baltar en el Teatro Colón

El sábado 11 de Junio a las 21 hs se presentará en el Teatro Municipal Colón la gran cantante Amelita Baltar, acompañada por la Orquesta Municipal de Tango que dirige el Maestro Julio Davila y el pianista Aldo Saralegui como invitado especial. Luego de su presentación en Mar del Plata, la cantante estrenará un nuevo espectáculo: "Noches de Kabaret" en el Teatro Maipo de Buenos Aires.

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