Fue también la era de los descubrimientos. Los viajes de Colón y Magallanes convencieron a la mayoría de la gente de que la Tierra era redonda. El astrónomo Copérnico demostró además que esta giraba alrededor del Sol, y no a la inversa, como se había creído desde los primeros tiempos. La arquitectura floreció. Bajo la guía de los maestros italianos, se construyeron magníficas iglesias y catedrales.
Había música por doquier: en las iglesias, donde la Reforma había dividido a la cristiandad en católicos y protestantes; en los castillos, los palacios y las grandes residencias, muchos de los cuales mantenían a sus propios compositores y sus orquestas; y el pueblo "común" escuchaba a los cantores ambulantes y a los trovadores que recorrían Europa, entonando baladas y tocando el laúd.

Los primeros nombres de la música
La mayor parte de la música todavía era vocal más que instrumental. Los primeros compositores cuya música influyó sobre los sucesores son Josquin Des Prés (c 1440-1521), Orlando Lassus (1532-1594), y Palestrina (c 1525-1594). Los Gabrieli, Andrea (c 1510-1586) y Giovanni (1557-1612), atraían a mucha gente a las iglesias, pues deseaban escuchar el magnífico diálogo sonoro de los dos órganos y las armonías celestiales de los múltiples coros.

La imprenta es más poderosa que la pluma
La llegada de la imprenta en 1450 revolucionó todas las artes. Después de que el inventor Johann Gutenberg imprimiera su hermosa Biblia, la imprenta fue aceptada inmediatamente. El arte de la fabricación del pa peí había comenzado en China y se había extendido por Europa durante los siglos xni y xiv. Hacia el siglo xv el ascenso de una burguesía próspera y culta aumentó la demanda de libros. La Reforma de Martín Lutero y las ulteriores guerras de religión dependieron de que la imprenta suministrase un flujo constante de folletos. Estos fueron en realidad los primeros anuncios. El impacto de la imprenta sobre la música fue tremendo, pues ahora podía reproducirse en un mes lo que antes exigía un año de laborioso copiado manual.

Instrumentos del Renacimiento
Los instrumentos del Renacimiento estaban emparentados con las mismas familias actuales de instrumentos de cuerda, vientos de madera, bronces y percusión; pero no habían sido perfeccionados, ni mucho menos. El órgano había alcanzado un elevado nivel de desarrollo, lo mismo que el clavicordio y el arpa. Los instrumentos se usaban principalmente para acompañar a la voz. Los cantos de amor, las narraciones cantadas o las baladas, los cantos de borrachos y las canciones bailadas eran populares. Se las denominaba "chansons" en Francia, "Lieder" en Alemania y "frottole" en Italia. A causa del renovado interés en la música renacentista a partir de la década de 1950, las violas, los caramillos, los cuernos y los sacabuches, así como otros instrumentos tempranos, están gozando de un período de renacimiento gracias a los grupos de "Ensembles" y "Consorts" de Música Antigua.

La primera música instrumental
Poco a poco los compositores comenzaron a basar su obra en las formas danzadas y escribieron música exclusivamente para los instrumentos. Las piezas rápidas "galliards" y "courantes" se unieron a las lentas "pavanes" y "allemandes". La "sarabande", que comenzó como una danza desordenada mirada con malos ojos por las autoridades, alcanzó cierto grado de majestuosidad más tarde. Hacia el siglo xvn, la condensación musical de estas danzas había llevado al desarrollo de formas musicales denominadas "suites" y "partitas".

¡Qué divertido!
Las familias italianas acaudaladas contrataban a compositores que concebían complicadas producciones. El primer ballet apareció en 1581. Los comienzos de la ópera fueron en realidad intentos de recrear los dramas griegos.
Hacia 1600 Europa estaba preparada para una nueva era: el Barroco.